viernes, 22 de abril de 2011

Todos somos sangre.

¿Por qué jugamos con armas? No es gracioso. Y no es irónico, siempre ha habido guerra; la muerte no es abstracta.
Nacemos criaturas en ríos de sangre, y no tenemos miedo. Míranos, poblando el desierto con juguetes.
México se asfixia en este circo y sólo acertamos a extender nuestro talento para el silencio.
¿No escuchas a la masacre cabalgar de día? ¿No te duele este espejo fragmentado? Porque aquí, en la Ciudad de los Palacios, el eco es mortal…







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